El masaje Tántrico es una forma de
alcanzar la elevación espiritual, a través de una experiencia sensorial
que despierta nuestra energía sexual y vital expandiéndola hacía todo el
cuerpo.
Cuando el individuo se permite el acceso
total a sí mismo y a sus sensaciones, libre de esquemas y
condicionamientos sociales, se produce una apertura a las dimensiones
más profundas del Ser, alcanzando progresivamente una toma de contacto y
una plena conciencia de lo que realmente somos en nuestra totalidad. El masaje Tántrico se caracteriza por su
aspecto espiritual, honrando la sacralidad del cuerpo que alberga
nuestra alma y expandiendo las sensaciones despertadas en la superficie,
al nivel más profundo de los chakras.
Se puede también considerar como otra forma de meditación. El masaje Tántrico no son unas secuencias fijas de manipulaciones específicas; más bien se trata de una forma de masaje personalizada con toques y contactos especiales. Por lo tanto cada masaje, al dirigirse a diferentes tipos de personas, no puede ser estandarizado en una rutina preestablecida. Además los efectos del masaje tántrico no son fácilmente predecibles, ya que su objetivo principal es expandir las emociones latentes y no expresadas, por lo que, a priori, no es posible imaginar qué tipo de emoción se expresará. La sensibilidad del masajista deberá saber reconocer, según el estado emocional y energético de la persona, qué tipo de “camino” recorrer sabiendo adaptarse a la respuesta con un continuo feed-back para que el “diálogo emocional-energético” se produzca fluidamente.
Todo puede ser “Tantra”. Las
experiencias se convierten en “tántricas" cuando desconectamos nuestra
mente y conectamos con nuestra Esencia Profunda, percibiendo, sintiendo y
observando lo que nos rodea, sin juzgar. Esto puede darse oliendo una
flor, viendo una puesta de sol, cocinando, comiendo... y por supuesto
con un masaje. La secuencia de un masaje Tántrico es el arte de navegar sobre las olas del placer.
La piel marca el límite visible de nuestro cuerpo y su punto de contacto con el mundo exterior. Con el masaje tántrico, descubriremos
que nuestro cuerpo no está limitado por ella.
Nuestras sensaciones se amplificarán en una cíclica sucesión de “olas energéticas” que nos inducirán a un total abandono para llevarnos a un placentero viaje extra corporal. Si tan solo una simple caricia es capaz de poner en marcha nuestro sistema sensorial, es fácil imaginar cuantas más sensaciones sería capaz de despertar un masaje tántrico. La experiencia tántrica a través de un profundo contacto y del despertar sensorial, permite el rencuentro y la Sagrada Unión con la Energía Universal de la que todos procedemos.
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